He aquí la muerte que se acerca a la tierra como a un globo que cae.
Anoche escuchamos Kimdracula de los Deftones, y entre sus acordes desgarradores, la voz de Chino Moreno y uno que otro vaso de alcohol, algunos nos acordamos de cómo el dolor nos hace recordar que somos carne, que tenemos alma, que sentimos... que somos pura maraña de emociones.
En mi caso, los Deftones me acompañaron esa etapa de desangramiento constante, de permanente dolor en ese rincón de mi vida donde de pronto me sobrevino una soledad desgarradora, no tanto presencial sino más bien interna. Muchas veces me vi caminando por las calles, como buscando algo entre la gente, preguntádome el porqué de muchas cosas en el mundo, valorando a la humanidad a través de sus heridas, odiando también a las personas por sus caidas, juzgando, intentado olvidar, volviendo a recordar, amando y desenamorándome como podía.
La sensación principal que se me viene a la mente es la de un vacío en el centro de mi pecho, producido de seguro por una mano que de sorpresa se metió en mi ser y me arrancó un pedazo de carne del centro del cuerpo. Y la yaga ahí, sin cerrarse, tan grande como abierta, yo la portaba como estandarte de mi vida, día a día.
Es cuático sentir ese tipo de dolor, un clamor casi simbólico se instala en el ser, cala hondo, se siente hasta los huesos. Y con nada se va, menos cuando los cortes son abruptos y no se comprende qué pasó. Repito, es cuático el dolor, y a pesar de que uno siempre lo evade, tenerlo es un don. Quién no sufre y pasa por la vida sin sentir, pasa en vano. Un corazón sin heridas es un corazón sin pasiones.
Es más heavy aún el dolor pegado por las paredes de la pieza, instalado en las melodías que hacen de background, respirado en el aire pesado del calor de enero, atrincherado en las patas de la cama, apelmazado en las sábanas y en la almohada poblada de lágrimas pesadas. Es fuerte porque había una salida muy fácil para acabar con todo, pero yo no sería lo que soy hoy si no me hubiera tocado contra ese fondo.
Lo miro y todas mis angustias de adolescente se alojan en su figura, así como las mejores sonrisas y los sentimientos más puros. La polaridad vida-muerte está contenida en lo que me pasó a través de él, casi como un ícono de motivación, usado para hacer llorar... bien de alegría, bien de infinita tristeza.
En fin, es A Pain That I Used To...
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