sábado, junio 23, 2012

Ri-arrenchd

Re-arranged, o como sea.


Recuerdo que dije que oscilaba entre cheetah y lirón, y ahí sigo. La diferencia radical es desde dónde miro y hacia dónde apunto. El tema tiene que ver con que hay cosas que una nunca cree que van a pasar, pero pasan; cosas que una espera secretamente a sabiendas de su imposibilidad... y que de pronto...! PAF suceden.
Sin embargo, ordenando los hechos de forma lineal, me doy cuenta de que este pequeño buen/mal acontecimiento podría haber tenido mil lecturas si no me hubiera tropezado con el Septentrional.

He aprendido a calmarme, y aún así, vuelvo a arrancar con todas mi fuerzas

domingo, junio 17, 2012

Un Pedacito

Pedacito de cielo, de corazón: nada consigo si sigo engañándome. A tí te puedo ocultar esta enredadera grande que tengo plantada en el cuerpo, mas no a mí misma; y si la abandono crecerá más grande y será peor: se va a desbordar si no voy podando, y si no dejo un poco que se expanda como ella quiera -con la debida asistencia- se me va a encaramar por cualquier parte y más encima se va a ver, que sería lo más grave.

Cuando sienta que hay que sentir, sentiré. Cuando hayan días en que no sienta nada, una hermosa calma se apoderará de mí. Hay días que contigo, pedacito, me pasa todo... y otros, los más lindos, en que no me pasa nada. Heme aquí que soy la contradicción de mis dos polos.

A tí te pude mostrar todo sin sentir miedo alguno y asimismo he sido capaz de cerrar cada poro, uno a uno, para que nada de ti me entre y nada de mí salga en dirección a tí; para protegerme y protegerte. Todo lo anterior, luego de que me cerraras las puertas después de tanta inexplicable apertura, de tanto dejar correr y dejarse recorrer; de tanto cavar y socavar y cribar; de tanto hundirme y hundirte; de tanto sentirme bien con el dolor del mediodía siguiente; el dolor de tus caderas en mis muslos, precioso dolor, como queriendo que no me olvide, que aún lo tenga ahí.



Sin embargo, el amor propio es más fuerte, y hoy por hoy soy libre, aunque fluí sin un fin más que fluir, aunque aprendí a ser como tú y vivir el momento. Carpe diem me repetía en la mente mientras me relajo pensando no te preocupí, si el corazón lo tengo de adorno y después digo ¿y qué puta mierda quieres que haga? No hay más cosa que hacer sino respetar las pausas y los tiempos, acatar los silencios y los no como respuestas. Es terrible pero cierto que he atravesado esos mismos bosques densos y salir al llano no me fue cosa fácil; es terrible pero cierto que cuando te miraba sabía que tu mente estaba en otra parte y que te sentía tan niño, como creciendo, aunque yo estuviera perdida en el bendito dolor de entre las piernas, en el maldito romance de nuestras pieles. Es terrible, y puta que es cierto que cuesta convivir con un cuerpo estático by my side, cuando lo conocí dinámico y on me.

El amor propio es más fuerte, pedacito de cielo, de corazón. Por eso te digo pedacito, porque de corazón y de cielo hay kilómetros a la redonda. Fragmento de mi vida, pedazo de mi historia, de una esperanza quise saltar al cielo, nuevamente... por eso eres un punto de luz en mi Universo, solamente.

lunes, junio 04, 2012

Cheetah con Botas

Se supone que con las botas puestas se muere, que se muere en la rueda, que la rueda sigue girando después de la catástrofe; pero yo vivo con mis calzado bien firme, vivo en el engranaje que gira, dejo de girar después de los holocaustos. Hacer una pausa y detener el cauce no es una costumbre muy mía, pero la he acuñado y aprehendido bastante bien ahora último, en calidad de desafío y dialéctica de los polos.

A veces hay que lanzarse y dar certeros zarpazos, otras, sentarse y respirar hondo. Algunos días quiero ser una Cheetah, cazadora que persiga a 70 km/h  a su presa hasta dar con el objetivo, moviendo certeramente cada uno de mis músculos, usando mi cola como timón. Sin embargo sé que otros días debo aquietarme como lirón y dejar que el tiempo decida, mientras observo todo desde mis aposentos.

Cuando haya que acelerar, no hay duda que me subiré a la aventura.
Por ahora una tremanda pausa después de un gran zarpazo me hará bien, sobre todo porque me equivoqué.

Hay cosas en las que debo crecer.


viernes, junio 01, 2012

SZanjado

En efecto, fui tañida como guitarra y luego sobada como una masa de sopaipillas; más tarde me archivaron con un alfiler como al hombre de Nazaret. ¿Y quién soy yo para juzgar? si el nazareno víctima de mis ojos me dejó igual de angustiada, con la esperanza más que abierta y la decepción más que profunda cuando supe que no me escogía. Plañidera, me entregué al inmenso vacío y también busqué en otro lado lo que él me había negado... y no resultó.

No creo que algo de karma esté metido, ni ley del boomerang, sino que necesitaba aprender algunas cosas o recordar. Poco a poco los sueltos cabos se comienzan a atar, y el dolor no es poco, pero es seco: no sale, no se nota, no produce inspiración, no se define.

Me lo imagino como un... no un arrepentimiento, no. Es una especie de rabia contra mí y la contraparte... yo sabía qué riesgos estaba corriendo, sabía con qué chichita me estaba curando, me lo dijo la mejor de las fuentes. Mi juego fue el riesgo, me arriesgué y perdí.

Ojalá su eterno llanto, su dolor, su angustia previa, se seque y no pase por lo mismo que yo.
Fui un error. Un impasse, un desliz.