Mío

Desde que te ví me deslumbraste; fue simplemente eso. "Pasaste y mis ojos contigo se fueron" te escribí en mis primeros versos. Todo se gestó como una magnífica ilusión, como un sueño despierto que caía en una perfección; a ratos me parecía imposible.

Aun así tuve muchas certezas, pues tus ademanes de embelezo y esa sana coquetería que traías instalada en tu paso cimbrante siempre fue escueta: yo tenía algo que a tí te hacía darte vuelta.

No me explico cómo, ni porqué justo en ese momento nuestras vidas se cruzaron. No sé qué tenías tú que yo no podía dejar de amarte, de admirarte, de desearte; no podía dejar de preocuparme por tí, por tu interioridad, tu futuro, tus dudas, tus problemas.

Absorbí todo lo tuyo: entré tanto en tu vida y tú te hiciste tan parte de la mía que... ah, cuando me lo quitaron... no se quién me lo quitó pero sentía que me lo arrancaban a la fuerza, que me despojaban de una parte íntima de mi, que me dejaban con la herida abierta. No había compañía, alegría, palabra de aliento o cosa que aliviara mi dolor.

Era como un desgarro, todos los días, a cada hora y creéme que me costó tanto salir de ahí! Usted no sabe, pero desde ese 30 de noviembre que no pasó un día en que no habitase en mi mente, que yo no lo extrañase, que yo no lamentase su partida.

Y por mucho tiempo, e incluso ahora, mi gran deseo es verlo volver, sin embargo me he resignado y comprendo que otros pequeños hombrecitos maravillosos habitan el mundo, y que vale la pena conocerlos.

Es fuerte volver a mirarlo y no sentir practicamente nada más que el puro recuerdo... después de haberme sentido morir por su persona.

¿Eso es amor? Usted forma parte de mi historia.

Yo Quería al de al Lado

WTF? Esto es broma, cierto?

Es obvio que me precipitaría si emito juicio anticipadamente. Ya habrá chance de dilucidar todo. Pero independientemente de eso, sería una lata. Noo... yo no me imagino... no me veo, no podría ser. ¿No puede ser el otro? Estoy dudando un poco de la voluntad del de al lado para lograr las cosas.

Bueno, aunque se demorara un poco, si tuviera certeza de que viene... espero un rato y ya. El don de la paciencia lo he trabajado con los años; y a la larga valdría la pena. No me complica esa parte.

Eso sólo que no puedo aseverar nada. Es sólo que no sé si de verdad quiero lo que estoy pidiendo. Es sólo que no estaba preparada para esta noticia.

¿Cómo debo tomarmelo? Lucharé por la actitud más relajada posible...
Lucharé.

All In the Mind (8)

Un mensaje con demasiada buena onda, una recepción cálida en una mañana helada. Un saludo cordial, buena onda, una sonrisa, un abrazo y un buen diálogo...

Y yo por dentro gritaba... SUEGRAAAAAAAAAAAAAA! SUEGRAAAAAAAAAAAAAAAA!!

Exaltación

De súbito unas alegrías locas, basadas en la sola idea de haber encontrado un aparente complemento. Así con todo, siendo como es, me fascina; encuentro paz en su trato, su mirada, sus palabras y sus movimientos; independientemente de lo que se diga o de lo que parezca ser.

Está bien, es de aquellos que una vez que los recibo calza perfecto con mi ser en todo ámbito. Sé que cuando vaya a abrazarlo nos acoplaremos como dos piezas de rompecabezas, encajando perfectamente, no solo en lo visual aparente, sino también en la imagen que proyectaremos y en el interior de nosotros.

Me inquieta averiguar si puedo soportar su peso, atravezar sus ojos, cribar sus tristezas, bogar sus aguas lentas, musicalizar sus orejas, arrivar en sus puertos, alisar sus bordes sin pulir ("es mi llama sin fe y o tengo pruebaa..." Entre el Sol y dos Ojos, Lucybell), entre tantas otras aventuras comunicativas del ser, de la reciprocidad, de la comunión.

Inmunidad

Me vacuné contra el virus de la ilusión

¡Qué tremendo rollo el que me pasé ayer! Estaba tan pero TAN segura de algo, y después un par de palabras me hicieron cambiar de opinión. Al rato analicé bien las cosas y volví a estar un poco más segura... para hoy, finalmente decidir que sí: estoy muy segura de mis sospechas.

Durante el periodo en que creí haberme equivocado, comprendí que me he hecho un poco más inmune a las ilusiones, porque no me caí del cielo a la tierra, ni rabié, ni mañosié como lo hice la última vez que me pasó algo parecido. En ese sentido puedo decir que he mejorado a lot.

Dije que estoy muy segura de mis sospechas, pero no en un 100%. Es que el margen de error es una cosa natural: puede que yo me este tomando todo de manera subjetiva y al fina esté muy equivocada. Lo bueno es que, como tengo esta inmunidad, en caso de que me refuten mi teoría no me quebraré en mil pedazos, porque comprendí que todo cambia según el ojo con que se mire, y que, por último, siempre se puede rescatar algo bueno de cada experiencia. Temor al fracaso no hay... no mucho...

Hoy también pude descubrir el porqué de mi respuesta positiva ante esas sospechas sutiles, y entendí que una mente ágil siempre seduce.

Pretty Interesting!

Got It!

Ya sé que hacer, tengo otro Masterplan que no puede fallar: el valor de las apreciaciones sutiles es incalculable y me proporcionó muchísima información útil.

Ser delicada funciona, ser dulce funciona, portarse como una lady... también funciona. Llevar la batuta, hacerlos callar a todos, poner las cosas en orden: ¡todo funciona! Propiciar seguridad y sensibilidad al mismo tiempo es algo con lo que ya he jugado un poco antes, así que no creo que me cueste demasiado.

Chocolate dulce, chocolate amargo... ¡pero chocolate al fin y al cabo!

"Demuéstrame, Barbarella, que puedes darmelo todo, que no caerás con nada, pero que al mismo tiempo eres tan frágil como una de esas rosas que ahora guardas, secas."

Yo creo que...

A Usted todavía le gusta la P. Es curioso que nuestros dos últimos amores lleven la misma inicial; que P y yo tengamos sólo un día de diferencia en la fecha de nacimiento; y que Usted y mi primer novio (Marcelo) también tengan ese intervalo tan mínimo.

Debería tocarme el ego que Usted quiera más a una mujer que conoció después de mí; que la recuerde más y todavía le importe. Para Usted también han pasado años, como para mí con su persona, que hasta hace no mucho tiempo yo no podía sacar de mi alma, mi corazón y mi mente. Sin embargo mi ego no se siente tan dolido, porque como viví algo parecido lo comprendo; además, luego de mi corto pero intenso noviazgo con P -con mi propio P, no con la señorita esta- entendí que los amores por los que vale la pena sufrir son aquellos que se vivieron a concho, esos en los que jugamos y arriesgamos... no esos idilios mentales que no concretaron por miedo idiotas, inseguridades, trancas, el qué diran u otro factor externo.

Y pese a todo esto yo creo que Usted es mi amor, porque es el único en el que pienso cuando me evocan el romance, sea con una canción, un poema, una película, un libro... no le tengo miedo, no le guardo rencor, y digame Usted cómo... ¡¿Cómo sería posible que yo le cerrara las puertas a mi Muso!?

Sería la peor de las artistas. Yo creo que hay que aprender a ditinguir, hay cosas que separar.

Yo creo que otra chance viene en camino, en cierto modo iluminada por lo que Usted y yo hemos vivido, estando juntos o separados.

"Aquí estamos, de pie, y nada ni nadie nos hará caer". Vió? las Pes nos hicieron crecer :)

No es bueno

... o sí lo es?

El valor de los recuerdos no existe: son -valga la rebundancia- invaluables. Por eso debe ser bueno atesorarlos y conservarlos bien, frescos en la memoria para extraer de ellos todo lo que nos pueda servir en el futuro; la clave es separar: un recuerdo puede estar muy vivo en la memoria, muy tatuado a fuego en la piel, muy grabado en los lejanos pabellones del silencio, sin embargo, es preciso tener claro que son parte del pasado.

Yo creo que la tengo clara, pero al evocar esas cosas mis reacciones -físicas y mentales- no me parecen las más adecuadas al caso. ¿Qué será? Debe ser lo reciente de los hechos, por muy separados que estén de la actualidad.

"No quiero nada que venga de tí", me repito una y otra vez... intento recordar los sucesos que causaron daño para volver a entender por qué cerré esa etapa de mi vida, pero no consigo evocar muy bien esos momentos. Creo que borré lo malo y me quedé rescatando siempre lo mejor. Sí, esta es la actitud más sana... es sólo que no quiero que me lleve a cometer errores.

Soy de romances cortos, pero de enamoramientos largos.

Fatiga

El hastío vital es algo que le pasa a todas las personas en algún momento de sus vidas... pero lo de ahora para mi es circunstancial.
¿No es una decepción para cualquiera dar y darse a los demás con esfuerzo, trabajo y tiempo, para que al final no te retribuyan nada? No es que yo haga las cosas en función de cumplidos, no. Es más, cuando tomé mis tareas lo hice por convicción propia, pero si quizás viera un poco de motivación, de ganas en los demás... eso me daría aliento para seguir.

Creo que no voy a seguir. Bueno, lo estoy pensando.

Profunda Nostalgia.

"Elemento de lágrima que rueda hacia adentro".

Un enorme peso de recuerdos cae sobre mis hombros. En parte ayudan los oídos, que reciben melodías propias de la estación del viento sur.
Me pongo a pensar en cuánto extraño al hombre que me acompañó en esa Tregua, ese paréntesis que disipó mi interminable dolor furioso; me pongo a pensar en que cambió, en que se fue, en que incluso volviendo tendría a otro... porque me lo cambiaron por otro después del tembleque... porque empezó a guatear heavy, porque se le nubló el pensamiento de tanta rojez, porque yo ya no estaba entre sus prioridades, porque empecé a quedar en último lugar.

Recuerdo mis principales miedos, los que me hicieron acabar y no retomar... "entre más nos acerquemos, más me costará alejarme cuando sea el momento".

Ahora tengo unas ganas -momentáneas supongo- de recomenzar. En el caso eventual, pienso que me fusionaria, me acercaría tanto que después no podría despegarme. Me aterra la idea de quedar amarrada a alguien con quien ya arrastro fracturas, porque escucho a mi libertad, a mi ascendente Acuario indicandome que hay peligro, y calando un poco más hondo, ese peligro está en todas las personas que vengan.

He descubierto justo ahora que mi miedo al gran paso radica en eso: en ese pánico que me daría perder mi libertad, volver a perder la cabeza por alguien que me hará crepitar los huesos de tanto dolor.