miércoles, octubre 30, 2013

Otra piel

(Él es así. Es buena onda. No es de amoroso, es de buena onda.)

Increíble como un mismo signo puede cambiar tan radicalmente de interpretación: hoy pasó lo mismo, lo mismo LO MISMO, y me lo tomé tan distinto...! 

Debe ser porque las cosas han cambiado. 

Ya no es la fiebre del oro, me canta la canción que escucho.



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Y pienso del mismo modo. Ya acabo. Me duele. Si estas ganas de vomitar se convirtieran de verdad en lo que quieren ser y se lo llevaran todo de un viaje, hasta me haría arcadas para que saliera luego.

Pero no. Ese es el camino fácil.

El proceso es otro. Hay que bajar de las nubes y mirarse el ombligo, y en ese mirar encontrarse una misma, saberse fuerte, valiosa, aventurera, vivaz, alegre, capaz. Hay que trabajar esa relación con una misma, esa que está media abandonada; hay que alinear la espina dorsal y asegurarse de sentirse bien en ella. También es necesario perdonarse por los pájaros en la cabeza, por la ingenuidad, por los errores cometidos; creer en el dolor insoslayable como un abono para las nuevas flores, 

Luego, el primer paso en el mundo exterior, es levantar la cabeza, fijar la mirada y contestar una sonrisa... la misma que me han ofrecido hace rato, pero que leí mal, que pensaba convertir en una esperanza celeste. Habrá que hacer un esfuerzo -en principio sobrehumano, y con el correr del tiempo más sencillo- para ceder y tranzar, para comprender que no puedo atar todos los cabos sueltos yo sola. Aprender a soltar.

Quisiera precisar bien qué tengo que aprender de todo esto... no es la idea pasar en vano por la vida. Qué lástima no tener las respuestas ahora! Sólo me queda confiar en mi proceso y esperar a conocerme un poco más al final de este viaje.

No estoy diciendo adiós, ni cerrando ni cortando. Serán holas distintos, eso es todo.

viernes, octubre 18, 2013

Empezar.

De pronto siento que se me cayó la noche encima, aunque haya podido sostener junto a ella una sonrisa sincera. Es que estoy a la espera de algo y eso apremia.

Espero el día en que todo Santiago se me vuelva a dormir en los brazos, que sus pequeñas luces bordando el cielo pululen de felicidad en mi piel y que sus rugidos de jaguares de metal se transformen en susurros de calor, confianza, sinceridad.

También se que no sólo estoy esperando a que la jungla de cemento se me entregue después de aguachada; porque quiero hacer la conjunción entre ella -la más hostil e irrefrenable- y los compaces de la madre tierra virgen, de los orígenes sin mácula.

Es que por ahí en tu pecho se cruzan todos los rasgos de la apertura capitalina, de las grandes masas y los grandes movimientos... se cruzan con el latido sereno de un corazón que anhela el ritmo de la mapu, los sonidos de la naturaleza, los vestigios de la comunión y la comunidad, la paz que da el romper de olas de la Playa Grande.

Allí es donde quiero hacer conjunción, donde quiero reposar y que se reposen. 
¿Pido demasiado?

lunes, octubre 07, 2013

EstrellaFugaz

Hoy es uno de esos días de mini-truinfos; me merezco una esterellita, pienso yo.

La espera aún es larga, pero con estos pasitos se acorta, como queriendo ser más suavecita y no por eso menos eficiente. Bonita cosa! Mirar al fondo del ojo rapaz con la naturalidad total del primer día y de todos los demás días.

Te juro que prefiero esa naturalidad ligera en vez de un mar de pasiones tormentosas que no tienen asidero alguno, ni sustento ni sustrato, ni sueño ni vigilia. De sólo acordarme me da náuseas, si ASCO.

Es una de esas pequeñas grandes alegrías que vienen cuando la liberación aparece. Todo se distiende. Un poco de lluvia para los campos secos... un poco de libertad para el agua de los diques.

Prefiero mirar como la balanza se sacude cada vez menos, hasta encontrar el punto exacto en donde juntos, nos reunimos con los demás. Sano equilibrio de dos fuerzas que se malentendieron.

¿O que no llegaron a comprenderse?