Un enorme peso de recuerdos cae sobre mis hombros. En parte ayudan los oídos, que reciben melodías propias de la estación del viento sur.
Me pongo a pensar en cuánto extraño al hombre que me acompañó en esa Tregua, ese paréntesis que disipó mi interminable dolor furioso; me pongo a pensar en que cambió, en que se fue, en que incluso volviendo tendría a otro... porque me lo cambiaron por otro después del tembleque... porque empezó a guatear heavy, porque se le nubló el pensamiento de tanta rojez, porque yo ya no estaba entre sus prioridades, porque empecé a quedar en último lugar.
Recuerdo mis principales miedos, los que me hicieron acabar y no retomar... "entre más nos acerquemos, más me costará alejarme cuando sea el momento".
Ahora tengo unas ganas -momentáneas supongo- de recomenzar. En el caso eventual, pienso que me fusionaria, me acercaría tanto que después no podría despegarme. Me aterra la idea de quedar amarrada a alguien con quien ya arrastro fracturas, porque escucho a mi libertad, a mi ascendente Acuario indicandome que hay peligro, y calando un poco más hondo, ese peligro está en todas las personas que vengan.
He descubierto justo ahora que mi miedo al gran paso radica en eso: en ese pánico que me daría perder mi libertad, volver a perder la cabeza por alguien que me hará crepitar los huesos de tanto dolor.
Me pongo a pensar en cuánto extraño al hombre que me acompañó en esa Tregua, ese paréntesis que disipó mi interminable dolor furioso; me pongo a pensar en que cambió, en que se fue, en que incluso volviendo tendría a otro... porque me lo cambiaron por otro después del tembleque... porque empezó a guatear heavy, porque se le nubló el pensamiento de tanta rojez, porque yo ya no estaba entre sus prioridades, porque empecé a quedar en último lugar.
Recuerdo mis principales miedos, los que me hicieron acabar y no retomar... "entre más nos acerquemos, más me costará alejarme cuando sea el momento".
Ahora tengo unas ganas -momentáneas supongo- de recomenzar. En el caso eventual, pienso que me fusionaria, me acercaría tanto que después no podría despegarme. Me aterra la idea de quedar amarrada a alguien con quien ya arrastro fracturas, porque escucho a mi libertad, a mi ascendente Acuario indicandome que hay peligro, y calando un poco más hondo, ese peligro está en todas las personas que vengan.
He descubierto justo ahora que mi miedo al gran paso radica en eso: en ese pánico que me daría perder mi libertad, volver a perder la cabeza por alguien que me hará crepitar los huesos de tanto dolor.
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