lunes, junio 04, 2012

Cheetah con Botas

Se supone que con las botas puestas se muere, que se muere en la rueda, que la rueda sigue girando después de la catástrofe; pero yo vivo con mis calzado bien firme, vivo en el engranaje que gira, dejo de girar después de los holocaustos. Hacer una pausa y detener el cauce no es una costumbre muy mía, pero la he acuñado y aprehendido bastante bien ahora último, en calidad de desafío y dialéctica de los polos.

A veces hay que lanzarse y dar certeros zarpazos, otras, sentarse y respirar hondo. Algunos días quiero ser una Cheetah, cazadora que persiga a 70 km/h  a su presa hasta dar con el objetivo, moviendo certeramente cada uno de mis músculos, usando mi cola como timón. Sin embargo sé que otros días debo aquietarme como lirón y dejar que el tiempo decida, mientras observo todo desde mis aposentos.

Cuando haya que acelerar, no hay duda que me subiré a la aventura.
Por ahora una tremanda pausa después de un gran zarpazo me hará bien, sobre todo porque me equivoqué.

Hay cosas en las que debo crecer.


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