lunes, julio 19, 2010

Sin Título I

En un rato más deberé decidir. Hay demasiadas vetientes de pensamiento; las hubo todo este tiempo y es por eso que me cuesta tanto. Sin embargo hay una idea que parece sobresalir de las otras y es la que me lleva a tener la elección que tendré; y, por el contrario no quiero olvidar cuáles fueron mis posturas. Por eso me internaré a detallarlas.

Siento ... creo, que lo primero que vino a mi cabeza ante esta posibilidad fue una sensación de alegría. La primera impresión de algo es importante; yo ya no la recordaba. Debe significar que en el fondo de mi corazón sí hay algo que rescatar a través de los lazos.
El pensamiento siguiente fueron las dudas (es así, cuando empezamos a dudar nacen los problemas): porqué yo, porqué no fue donde otra, porqué ahora, porqué de esta manera. Por qué viene? de aburrido seguramente, porque no le resultó buscarse alguien nuevo.
Después apareció la desconfianza. Lamento decir que ya no confío en este hombrecito, pero es cierto, porque dió pie para que fuera de esa manera. No puedo olvidar las actitudes, la traición... esa sensación de mierda que se presenta cuando te dejan de lado por algo que es, circunstancialmente, más importante.

Todos merecemos una segunda oportunidad en la vida. Y el que viene a pedirla se ha armado de valor. No puedo obivar todo eso. Tampoco puedo obviar lo bueno, lo que hubo, la historia.

Voy a confiar una vez más. Pero si me fallas...

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