Cuando estás buscando la fórmula perfecta para que tu proyecto resulte, devoras en segundos ese manual que promete un desenlace magnífico.
Lo cierto es, que si lo relees en tiempos de paz, notarás otras cosas que no se asimilan en aquellos momentos de fervor y apremio. Permítanme entonces, declarar que me equivoqué: sí, epic fail, fé de erratas... debí seguir el manual y leerlo lentamente, sin embargo ese anhelo monumental que tenía fue más fuerte y me llevó a tocar fondo con mis errores.
Podrás decirme que me levante y vuelva a comenzar, pero ya no se puede. Es que este es de esos proyectos que se llevan a cabo mediante un arte muy complejo, el de la no-acción. Es ahora cuando entiendo a Thurisaz y ese consejo de detenerse en el umbral antes de cruzarlo... ¡Qué enorme sabiduría! Practicar el arte de hacer sin hacer.
Por algo existe Eiwhaz, porque, aunque no sea visible, hay siempre un engranaje en movimiento. Debe ser necesario aquietarse. Así lo dicta el manual.
Fuí capaz de seguir las instrucciones al pie de la letra cuando el premio no era el más grande... ¿por qué tuve que fallar cuando más esperaba ganar?
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