miércoles, enero 11, 2012

Tajo

El día de mostrar a destajo los tajos llegará... no hablo del 21 de diciembre de este año, sino del momento sin fecha determinada que permitirá bambolear las bolas de cristal sin desmedro y sin azar.

Ando con las ganas de arrendar las riendas para tomarlas como tomates de huerta hecha detrás de la puerta del puerto de tus amores. Es que con tantos rumores soplándome las solapas, he decidido que no quiero solapar más las calmas y que quiero liberar en Gibraltar el alma.
No pretendo llevarlo al altar, sino asaltarlo, ofrecerle vino y quizá empobrecerle el recuerdo. Es que lo quiero cuerdo pero no concuerdo con eso de mantener el pasado preso; en su camastro quiero y creo que me meto, como padrastro molestando al más huero de los setos, para borrar el cetro que se ganó ese muerto... para mirar su cuerpo prieto.

Si me viene en gana, al corazón aprieto.

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