sábado, enero 23, 2010

Hundida


Me perdí... desde que conseguí la ansiada libertad, me perdí en el encanto infinito de los maravillosos hombres musos que deambulan por estas tierras bravas, como ellos mismos. Me pierdo por sus palabras, por sus silencios, por sus modales únicos, por sus irrepetibles sonrisas... ah, por todo!

Me fulminan sus movimientos, sus actos, lo que crean y lo que destruyen; los caminos que hilan con sus pasos, los lazos que tejen con sus miradas, lo que dejan entrever en sus sutilezas . . . son simplemente maravillosos, encantadores, fascinantes.


Ahora me siento como los navegantes embrujados por los cantos de las sirenas.
Estos hombres musos llenan mi vida de emociones, altibajos, suspensos... ya! esta entrada se convirtió en puras enumeraciones! Pero es que son tantas cosas.

Infinito es, el maremoto de viriles arremetiendo contra mi pecho, sediento de estampidas bruscas y desenfrenadas.

Qué lindo, pude resumirlo todo en un verso :)

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