Hoy día me fui en una pésima actitud de egoismo. Sí, pasé frente al viejito del acordeón en Picarte y no le heché monedas aunque lo pensé. Además, justo cambió el semáforo para poder cruzar y quería llegar luego a mi casa.
Subí a la micro y unos minutos después sube un hippie vagabundo a pedir plata por estar enfrentando una "desfavorable situación económica". Tampoco le dí plata... ni siquiera por haber dicho una frase así media reflexiva, medía profunda. Cuando el hippie estaba esperando por las monedas de una señora, y casi listo para bajar, lo miré... y esa imagen, la de su mochila negra en la espalda y la mano afirmada en el asiento ya la había visto en un sueño, la noche anterior. De todos los dèja vus del día ese fue el mas certero, porque claro, hubo hartos... pero con ese de verdad que me asusté. Para mi mala suerte, la micro después se quedó en pana, así que haberme detenido a hechar monedas al tarrito del viejo del acordeón no habría sido problema (...).
En fin, la volada egoísta nació de un puro despecho. Insisto, no soporto los picaflores. Por eso ahora, se acerca alguien y no lo creo, por mucho que me demuestre cosas. Entonces me dan esas rabias, esa sed de venganza. Y bueno, tambiñen bajan adosaditos a esta sensación, ellos... los recuerdos. (...)
Me gustaría tomarlo de la mano y huír. Me gustaría que pasara el tiempo, que la brecha se acortara y al final, pudieramos lograr lo que no pudimos. Era yo una niña llena de sueños. Él no era más que un jovencito alegre y con deseos de emoción. Yo no me esperaba que fuera tan importante y sé, que el tampoco se esperaba sufrir ese traspié. Yo trascendí, a juzgar por las acitudes de los otros, que eran los testigos de este cuento; y para qué mencionar que el fue trascendental en mí, si eso esta más que claro. Entonces... ¿no tenemos derecho a intentar otra vez? A mí me dan ganas de que sí, considerando ahora que el momento en el que yo intenté no era el adecuado.
Ahora que los añitos (2) han pasado, lo voy entendiendo, muy de a poquito. Le voy perdonando despacio el dolor que me dejó cuando se fue así nada más. Ha sido lo más honesto que he tenido (un suspiro ahi en esa parte). Soy feliz así, pero cuando pase el tiempo este, va a ser lindo. Puede que algo suceda.
Nosotros eramos como 24 soles en un sólo amanecer. Hoy el día era heladito y despejado, como cuando nos gustábamos igual que el dia con la noche. Somos 24 lunas que pasan fallidas. Sin respuesta.
No sé porqué a veces me bajan estas ganas de tí....
Subí a la micro y unos minutos después sube un hippie vagabundo a pedir plata por estar enfrentando una "desfavorable situación económica". Tampoco le dí plata... ni siquiera por haber dicho una frase así media reflexiva, medía profunda. Cuando el hippie estaba esperando por las monedas de una señora, y casi listo para bajar, lo miré... y esa imagen, la de su mochila negra en la espalda y la mano afirmada en el asiento ya la había visto en un sueño, la noche anterior. De todos los dèja vus del día ese fue el mas certero, porque claro, hubo hartos... pero con ese de verdad que me asusté. Para mi mala suerte, la micro después se quedó en pana, así que haberme detenido a hechar monedas al tarrito del viejo del acordeón no habría sido problema (...).
En fin, la volada egoísta nació de un puro despecho. Insisto, no soporto los picaflores. Por eso ahora, se acerca alguien y no lo creo, por mucho que me demuestre cosas. Entonces me dan esas rabias, esa sed de venganza. Y bueno, tambiñen bajan adosaditos a esta sensación, ellos... los recuerdos. (...)
Me gustaría tomarlo de la mano y huír. Me gustaría que pasara el tiempo, que la brecha se acortara y al final, pudieramos lograr lo que no pudimos. Era yo una niña llena de sueños. Él no era más que un jovencito alegre y con deseos de emoción. Yo no me esperaba que fuera tan importante y sé, que el tampoco se esperaba sufrir ese traspié. Yo trascendí, a juzgar por las acitudes de los otros, que eran los testigos de este cuento; y para qué mencionar que el fue trascendental en mí, si eso esta más que claro. Entonces... ¿no tenemos derecho a intentar otra vez? A mí me dan ganas de que sí, considerando ahora que el momento en el que yo intenté no era el adecuado.
Ahora que los añitos (2) han pasado, lo voy entendiendo, muy de a poquito. Le voy perdonando despacio el dolor que me dejó cuando se fue así nada más. Ha sido lo más honesto que he tenido (un suspiro ahi en esa parte). Soy feliz así, pero cuando pase el tiempo este, va a ser lindo. Puede que algo suceda.
Nosotros eramos como 24 soles en un sólo amanecer. Hoy el día era heladito y despejado, como cuando nos gustábamos igual que el dia con la noche. Somos 24 lunas que pasan fallidas. Sin respuesta.
No sé porqué a veces me bajan estas ganas de tí....
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