jueves, abril 16, 2009

Una Cosa por la Otra

Paradoja grande esta, la de tener que ceder. Es un juego tipo trueque, pero a veces no lo quiero.
Imagínate: tener que sacrificar la luz de tu mirada por unas cuántas palabras. No. No me gusta. Y si hago memoria ya me pasó una vez; y perdí, por un par de palabras, la mirada más bella que pudieron mis ojos contener.
No lo creía. No lo creia cuando me entraba un dolor en el alma ese día. Usted, pasando por mi lado, obviando por completo mi presencia, después de haberse pasado un año y más alucinando con mi simple figura, diminuta ante todos los espacios del mundo. Quién iba a pensar que llenaría un mundo, que poblaría a un hombre de todas las cosas que jamás tuvo; que le revolucioné el inconciente y la conciencia... que signifiqué algo más que las otras y nunca lo toqué. Fue doloroso ver como luego de una pizca de interacción, se perdió la magia que nos vinculó por laargo tiempo.

Y ahora tú... el otro. El más indebido de todos. Ahora a cambio de tus palabras, aunque escasas, me quitaste la mirada enfermiza, pegoteada, lenta y avivadora; esa que te gustaba tanto darme y que yo recibía tan bien pese a la prohibición. Totalmente carente de TODO eres tú, así, sin más. Pero haberte respirado ya ha sido un paso enorme.
No sucederá, es mejor que no. Pero no me puedo negar al juego, sólo que este trueque no me gustó. ¿No podemos conservar ambas cosas?

Mírame, mírame para suplirlo...
Sí, quiero suplirlo a Usted, el único que después de años me puede hacer botar unaa lágrima de nostalgia. Nunca podré decir si es este u otro, el último dolor que me causas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿y Usté qué piensa?