Realmente todas las malas llegaron juntas, según recordé hoy. Es que sí, hoy tuve que ir por primera vez a charlar con la sicóloga de lo que me significó el accidente. A mi vieja la veo preocupada por recibir un informe sicoemocional terrible que sea una fuerte arma para demandar al imbécil que me arrolló (lo cual es válido, el tipo me CAGÓ y sigue su vida normalmente), pero a mi lo que me interesa es mi bienestar; porque no le estoy metiendo color a la cosa: de verdad que necesito revisar miles de veces la calle antes de cruzar sola, de verdad que me da miedo mirar a la derecha, de verdad que el ruido del impacto me persiguió toda la noche del sábado, de verdad que recuerdo el accidente, la urgencia, las humillaciones en el hospital y me da ataque... todo, es verdad.
Por lo mismo voy con toda mi voluntad a enfrentar esto. Incluso a reconocer todo lo que me pasa, a llorar en público (y tanto que me costaba!), a revelar mi historia.
Mis alturas fulminantes han avanzado hacia otro lugar. Ahora veo con un especialista lo que por años he cargado yo sola.
Mi cuadro resume toda esta travesía.
Por lo mismo voy con toda mi voluntad a enfrentar esto. Incluso a reconocer todo lo que me pasa, a llorar en público (y tanto que me costaba!), a revelar mi historia.
Mis alturas fulminantes han avanzado hacia otro lugar. Ahora veo con un especialista lo que por años he cargado yo sola.
Mi cuadro resume toda esta travesía.
Siempre he sentido un pánico un tanto secreto al cruzar la calle; ahora lo comparto contigo, aunque seas tú quien tenga el conocimiento real de la causa.
ResponderEliminarLlorar siempre es bueno... y, en público, a veces mucho más liberador, pues eres capaz de compartir e, incluso de involucrar involuntariamente, al resto y eso hace de alguna manera que el peso de la angustia sea un poco más liviano o llevadero: todos te ayudan a cargarla en silencio (consciente o inconscientemente).
Lindo cuadro, aunque más lindas (y cuerdas) aún tus reflexiones en un momento tan duro -debe serlo-.
Un poco más de ánimo para ti, desde acá...