Es probable que por culpa de esa tregua grande yo haya dejado de escribir por algunos días. Pero hoy, con una canción, de esas con clichés como "all i think about is you" me puse a recordar cuando en algún momento de este ciclo nuevo no podía sacarme a mi primera gran fijación de la cabeza.
Es bueno mirar atrás, saber que se hicieron cosas y, independientemente de si salieron bien o mal, poder sonreír al pasado. Quedamos los que pueden sonreír, dicen por ahí, los que saben de trova.
Es bueno tener de todo un poco en la vida: por eso quise hacer todo lo que pudiera anoche. Ya dejé el 2010, pasó el wetripantu... tenía que terminar de despedirme de una etapa telúrica... soltarla, dejarla ir.
Eso sí, no dejaré ir algunas cosas, como el sentido de la estética que me prohíbe dejar de mirarte, nazareno víctima de mis ojos. Puedo hacerme cargo de la verdad y no sangrar, porque hay otras cosas que mirar en la vida, más allá de tu belleza. Anoche había que mirar la noche, la noche que ardía toda sembrada de estrellas.
Anoche había que despedir y reencontarse, despedir y reiniciarse, despegar y afiatarse, desdeñar y apreciarse. Dicho y hecho.
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