martes, agosto 07, 2012

De adelante pa'trás

Como una mujer, difícil de entender... cuando la quieres más cerca de tí se arranca del papel. Cuando la quieres no está, cuando la tienes se va.

Tengo en la memoria cosas perfectas que huyen y por poco no son apuntadas. Debe ser porque pasan en segundos benditos de mi vida en donde no hay espacio para racionalizar y la ejecución se toma los espacios. El arte de hacer, de torcer, de enredar, de amar, de cocer, de quemar, de flotar, de palpar, de arrimar, de cribar, de anclar, de varar, de arribar, de apretar, de soltar, de fluir, de esparcir, de regar, de morder, de mojar, de iluminar, de nadar, de ir, de venir, de apuntalar, de erizar, de tentar, de jugar, de arrancar, de regresar, de cautivar, de cimbrar, de arrebolar, de estallar, de estrellar, de destellar y tantos otros se posicionan bien alto, primordiales, severos, certeros. Son ejes clave, son parte importante si no total.

Cuando saludo a mis recuerdos lo hago con más respeto que al Sol y me instalo por fin a tomar consciencia de lo realizado. No ha habido añoranza más perfecta que aquella que, abrigada por la Luna llena, surgió como un punto de luz en el vacío, acunado por un backround con full sorround nostálgico colegial. Todos los artes, tanto los teóricos como los puestos en práctica, cobraron razón de ser, puestos allí casi por una mano ajena que se secreteó conmigo para indicarme lo debidamente indebido, lo que tenía que probar, las aventuras que debía emprender; todo para ver, para crecer... y para terminar recordando.

Siempre es increíble el momento mientras lo vivo, pero lo es aún más cuando lo recuerdo.

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