martes, agosto 07, 2012

Phoenix

Prometí que me levantaría, y acá estoy.

Un revés en la vida lo tiene cualquiera y yo lo sé muy bien. He sido suelo, sangre, aire, piel, voladero de luces, servilleta, guitarra tañida, masa de sopaipillas, objeto de deseo, profesional del servicio, mucama de turno, acordeón descordinado, ladrona por alunizaje, usurpadora. He tenido tantos roles y no todos por decisión propia, pero al menos puedo decir que con el currículum ya bien nutrido, me puedo aventurar en un trabajo que requiere de muchas artes dominadas para salir airosa de él.

Es menester que mi despertar de alas y cenizas hechas llama se prolonguen por medio de una perversa hoguera. Necesito llegar y volar y hundirme y quemarme lo más adentro posible saliendo ilesa. Difícil. ¿Será la única fórmula poner mi sombra a arder y no entregar el cuerpo a la quema?

Dejemos el final entreabierto.

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