Cuando hablamos, comunicamos supuestamente lo que se nos viene a la cabeza. Pero lo que cae a la mente es muchísimo más que lo que se dice; razón tenía Huidobro cuando decía: "hay vocablos que tienen fuego de rayos e incendian donde caen, otros se congelan en la lenga y se rompen al salir, como esos cristales alados y fatídicos".
Muchas palabras no salen. Por ejemplo ahora, él me dijo: "espérame un poco" y yo sólo contesté "ok", pero al leer esa solicitud inmediantamente pensé: "amor, por tí, yo haría lo que pidieras!"; pero no podía contestar semejante "honestidad" porque realmente no es cierto y está elaborado en un tono galantesco casi artificioso, con alguna dosis de piropeo de obrero de la contru. Es como esas palabras que Columna Roja pronunciaba: las tiraba al aire no más, a ver a quien le gustaban.
Este sujeto tiene un magnetismo poderoso, como el de Columna Roja. Hace un tiempo ya que ese magnetismo existe, pero si el no me tiene en la mira, yo no levanto armas.
Aunque ganas... no me faltan.
Muchas palabras no salen. Por ejemplo ahora, él me dijo: "espérame un poco" y yo sólo contesté "ok", pero al leer esa solicitud inmediantamente pensé: "amor, por tí, yo haría lo que pidieras!"; pero no podía contestar semejante "honestidad" porque realmente no es cierto y está elaborado en un tono galantesco casi artificioso, con alguna dosis de piropeo de obrero de la contru. Es como esas palabras que Columna Roja pronunciaba: las tiraba al aire no más, a ver a quien le gustaban.
Este sujeto tiene un magnetismo poderoso, como el de Columna Roja. Hace un tiempo ya que ese magnetismo existe, pero si el no me tiene en la mira, yo no levanto armas.
Aunque ganas... no me faltan.
xD
ResponderEliminarme gusto tu escrito =D
me gusto la analogia y la cita de Huidobro.
Saludos Barbarella