miércoles, febrero 17, 2010

Vorágines

Conozco tu mano y la siento mía, dijera la Fran Valenzuela. Esta es mi mano y la de abajo, la de mi amor.

Conocí esa palabra con el poema de Félix Reyes Pacheco que tengo puesto en un lado del Blog; y expresa, definitivamente lo que sucede ahora. Supongo que de todo esto surgirán otra vez los poemas y la era creativa podrá florecer con una nueva razón que se suma a las anteriores.

Hay cosas que deberian perpetuarse... los instantes en que miles de bestias atacan contra las cerradas puertas del corazón se sienten como cañonazos de las 12 hablando de la hora del Cénit, de la apertura, de resetear el cántico del alma; en fin, de cosas semejantes que ya se vivieron pero que no se comparan con este magnetismo -si bien nuevamente inexplicable, like once (léase laic guanz)- único entre dos historias que por arte de magia y de quién sabe qué razones mísitcas han encontrado motivos para iniciar una ruta salvaje juntas.

Hace poco dije que quería volver a hinchar mi corazón, que se hinchara de libertad, de plenitud. Lo dije esa vez que escribí sobre la película Into the Wild.

Hoy mi corazón se hincha de un nuevo "tú".
Y el beso, como dijo Vicho "hincha la proa de mis labios"

1 comentario:

  1. Pablo Eduardo tu jotoso ^^17 de febrero de 2010, 23:16

    Amor mio antes de irme a descansar debo decirte que eres espcial ue todo lo que hemos vivido,es algo fuerte pero que me da felicidad,junto a ti me siento muy bien =) Te Quiero mucho y no puedo describir las ganas de tenerte ahora a mi lado,regalonearte un monton y ddarte uno y mil besos ^^

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¿y Usté qué piensa?