(una hache loca después de la "C", y como decían por ahí... ¡todos arriba!)
Penetrar un líquido en un cuerpo permeable. Atravesar un cuerpo con un objeto punzante. Hacer un corte en una fruta para ver su madurez. Colocar la bayoneta en el fusil. Bordar una tela con calados. Agujerear tela, papel, etc., haciendo dibujos. Comprender o intuir los motivos internos de algo o alguien. Apabullar, confundir. Encajarse bien un sombrero o gorro. Mojarse una persona hasta que el agua llegue al cuerpo. Pararse bruscamente un motor.
Heme aquí nuevamente frente a la magia de la polisemia. En efecto, calar lo es todo en esta etapa: calarme y calarte hondo -sea en forma de cuchillo, agua, aguja, hilo de bordar o pensamiento-, describe para mí las miles de formas en que nos vamos gestando juntos, desde la mente, desde la imagen, desde los pensamientos.
Heme aquí nuevamente, frente al arte de conquistar por el intelecto. Ah, alegría! encontrarse en la conquista, sentirse desafiada y capaz de ir al choque; por momentos flaqueando, a lo mejor con bajones esporádicos! y sin embargo, atada a la aventura, me pego el salto hacia tu cabellera de mar enterrada en el suelo hostil de la selva valdiviana. La aspiro como entre sueño y recuerdo; así, según aspiro y respiro voy subiendo y enredandome poco a poco.
Me enredo en tu música, en tu voz, en tus manos, tus hábitos y tus piernas. Prefiero enredarme más entre tus discursos, ser objeto de tus palabras, ser lo que tu voz reclama, lo que tus pasos cazan, lo que tus dedos buscan. Es que te miro los ojos y se te llenan de gente, te miro los rayos de sol y se te encabritan, como esas nebulosas húmedas de la tierra que te dio la vida.
Ah, qué hermoso, qué hermoso... así dice Huidobro.
Ah, qué hermoso, caigo de cénit a nadir.
Bonitas palabras para un hombre marino, poniendo sus cosas en orden, calando cerro arriba pa' decir adiós. O eso espero.
Genial.
ResponderEliminar"me pego el salto hacia tu cabellera de mar enterrada en el suelo hostil de la selva valdiviana."
Me quedo con esta frase.