domingo, diciembre 27, 2009

Dragon

Dragón, de Barbarella. 2007. Insiprado en el tatajue del baterista José Miguel Foncea

En aquellos tiempos de magnífico idealismo, el hecho de que Usted hubiese nacido en el año del Dragón era un plus, ya que, no sólo junto a la Rata triangulábamos el Agua del Horóscopo Chino;, si no que desde niña amé siempre los dragones, por su espíritu mitólogico, por su vida que nos ha sido contada medio en broma, medio en serio; por ese fuego que les brota de adentro (polisemia mode ON), por esa capacidad de despegar y volar... en fin, por evocarme una profunda sensación de espíritu libre.

El horóscopo chino los dibuja como los animales más nobles y otorga la personalidad más provista de virtudes. Son una suerte de ominpotentes, con poderes magnéticos, con fuerza interior, impredecibles, especiales, elevados por sobre el resto.

¿Alguna vez mencioné que no me parecen demasiado admirables las culturas de Oriente?

Conozco a ese dragón y sé que tiene una fuerza irrefutable. Sé también que su magnetismo me envolvió hasta las entrañas. Tengo claro que su corazón salta de mujer en mujer.

Tengo claro y sé... creo que sé suficiente para seguir haciéndolo mi Muso, para seguir haciendo Que Salgan los Dragones, como dijo Chinoy.

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