No es que quiera morirme ahora. Sólo que ya he hecho un par de cosas vitales, con las que podría decir que me voy tranquila a la tumba, si me toca desprevenidamente.
1. Vi en vivo a mi grupo favorito.
2. Fui reconocida por mi trabajo escribiendo (II Encuentro Latinoamericano de Escritores).
3. Pinté un cuadro.
4. Viví en más de una ciudad.
5. Carretié con mis mejores amigos de toda la vida.
6. Compuse más de una canción.
7. Conocí el amor, el verdadero, el que perdura.
Tal vez me falta muchísimo. Pero no le temo a la muerte
Me corrijo: me falta muchísimo. Alguna vez quise no estar aquí, y al tiempo después viví como la mitad de estas cosas.
No hay razón para dejar de vivir, como tampoco la hay para temerle a la muerte.
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