"La cabellera que se ata hace el día. La cabellera al desatarse hace la noche..."
Recuerdo bien ese día, me preguntó por mi curiosidad y en ese entonces, yo no la tenía. Ayer volvimos a reunirnos con ellos -a todo esto, con el tema de la curiosidad ya solucionado- y él aún recordaba ese día. Buenísima memoria. Yo recuerdo bien haber usado un moño en la mañana y haber vuelto por la noche con la cabellera suelta... ambos tipos de cabello se miran distinto. Allí fue que noté que me mirabas distinto.
¿Me ato la cabellera hoy? Sí, hay que levantarse. Pedalear, trámites, y luego ir a escucharlo defender sus ideas. Me suelto la cabellera por la noche... y quién sabe que suceda.
Hoy puedo luchar para que sea un mejor día que ayer.
Optimismo, átate a mí, y me ayudas a soltar esa marea fina tan suya, que es como una fiesta.
Quiero llevar los pies llenos de cadenas, para que una vez que me siga, ya no haya marcha atrás; quemarlo (...) no en el mal sentido, yo... quiero hacerle bien, como a mí me hace. Es sólo ese paso lento, esas pausas, que no me dejan dormir, que me confunden. Y de pronto, me ato la cabellera y me escondo. Hoy me la suelto, a ver qué dice... a ver... a ver...
Hay que levantarse para VER.
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