martes, mayo 24, 2011

Rodeo

Qué práctica más repudiable, pienso, asociando al título correspondiente.

No hay necesidad de crear conversaciones que nos pongan entre la espada y la pared; es evidente que no podemos partir, incluso si el equipaje está listo. Todo sea por "respetar" a las trabas del camino.

Pero igual me sentía cual vaquilla. Lo cierto es que el cuerpo sigue comunicando (...) apuntalar, poner contra la medialuna, acorralar, golpear brusco y, por fin, hacer el punto.

Era el rodeo... yo era el novillo. El huaso sabe manejar al potro, pero pucha que lo hace lento.

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